Este lunes el gobierno cierra el Instituto Nacional de Arte y Audiovisuales (Incaa)

Aplicando un riguroso esquema que apunta a la destrucción del Estado y sus estructuras sociales y culturales, el gobierno determinó para este lunes el cierre del Instituto Nacional de Artes y Audiovisuales (Incaa), un organismo de enorme protagonismo cultural. Funciona como órgano público dentro del ámbito del Ministerio de Capital Humano de la Nación. Tiene a su cargo el fomento y regulación de la actividad cinematográfica en todo el territorio nacional y en el exterior en cuanto se refiere a la cinematografía nacional. Lo hace de acuerdo a disposiciones establecidas en la Ley de Cine y otras normativas.

El Incaa se encarga de administrar el Fondo de Fomento Cinematográfico que está compuesto por tres ingresos: el 10 por ciento de las entradas de cine que se comercializan en el país, el 25 por ciento de la recaudación que hace el ENACOM a partir de la radiodifusión y el 10 por ciento del impuesto histórico sobre el alquiler y/o venta de los videogramas, como el VHS y el DVD. De esa recaudación, establecida por la ley, el 50 por ciento se destina a la producción de películas y el otro 50 por ciento va dirigido al resto de las actividades que hace el INCAA, como la formación en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC) y la exhibición de producciones en distintos espacios y puntos del país.

Los orígenes del Incaa se remonta a 1947 cuando se sanción la Ley 12.299 de fomento al cine nacional que preveía créditos, otorgados por el entonces Banco Industrial, baratos para la financiación de films y establecía la obligación de los cines de exhibir, al menos una vez por mes, películas nacionales. Con la dictadura de 1955 se desarticuló esta legislación y el cine argentino estuvo casi un año sin presentar títulos propios. Recién en 1958 se retoma en parte la política de fomentar el cine nacional con la creación del Instituto Nacional de Cinematografía (INC). Desde entonces fue manteniendo modificaciones estructurales, de objetivos y, bajo una nueva legislación, se transformó en el actual Incaa

Ahora, este organismo sufre un cierre inesperado dejando a sus empleados y al Incaa mismo, en una situación similar a la de Telam. Seguirán cobrando sus sueldos quedando bajo licencia obligatoria hasta que culmine el proceso de reubicación del personal.

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