Un buque de la Prefectura Naval Argentina, el guardacostas Mantilla, pudo navegar por el canal Magdalena desde Mar del Plata hasta el puerto de Buenos Aires. De esta forma evitó salir de aguas argentinas para realizar ese viaje, como sucede habitualmente con embarcaciones de gran porte. El Mantilla, que entro en servicio en 1982, tiene un calado de 4,5 metros, realizó el trayecto a velocidad reducida. Estas embarcaciones tienen entre sus objetivos realizar patrullajes y control de la Zona Económica Exclusiva y el área adyacente.

El mes pasado se anunció la licitación para mejorar el calado de este canal que resulta ser determinante para la navegación comercial, especialmente aquella que viene por la Hidrovía del Paraná, por donde transita el 80% de las exportaciones del país. Esos buques para salir a aguas internacionales deben primero pasar por el puerto de Montevideo.

No solo la navegación comercial se ve afectada. El rompehielos ARA Irízar durante la campaña en Antártida Argentina tuvo que salir del país, abonar tarifas en dólares y regresar a la argentina. Debió esperar frente a Montevideo, solicitar autorización al gobierno uruguayo para proceder el embarque de  los prácticos, abonar costos en dólares en el Uruguay, y después recién de ahí, luego de hacer una espera, volver a la Argentina.