En el marco de su plan de ajuste Javier Milei puso en marcha otra brutal determinación, frenar la financiación del proyecto energético Carem despidiendo a los trabajadores afectados a una iniciativa energética argentina que se encuentra en la etapa final de su construcción.

Carem es un proyecto que tiene el objetivo de abastecer de energía eléctrica a zonas alejadas de los centros urbanos o de polos fabriles y cumplir un rol clave en la transición hacia una matriz energética “limpia y sustentable”. En esa tarea trabajan la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y más de mil empresas argentinas buscando la puesta en funcionamiento del primer reactor nuclear diseñado y construido en el país.

Carem se desarrolla en un predio de la ciudad de Lima, provincia de Buenos Aires, lindero a las centrales nucleares Atucha I y Atucha II, que fue acondicionado no solo para convertirse en el sitio de emplazamiento del reactor, sino también en un polo tecnológico nuclear. Es un tipo de reactor Small Modular Reactor (SMR) – pequeño y modular- que tendrá una capacidad de generación de 32 MW eléctricos, lo que equivale a alimentar a una ciudad como Bariloche.

Este tipo de reactores SMR están despertando mucha atención en el mundo porque se pasa a una fabricación modular que permite hacer más repetitivos los procesos de fabricación y así bajar los costos de instalación. Es una generación superior en cuanto a su seguridad a través de sistemas pasivos, lo que implica que están pensados para “actuar sin intervención de un humano. Producen energía eléctrica y tienen la potencialidad de insertarse en otros campos necesarios para la descarbonización (proceso de reducción de emisiones de carbono a la atmósfera).