La grieta: Messi vulgar y Ritondo cortés

Por Felipe Efele

El título de esta columna refleja un capítulo más de la saludable grieta que divide a la opinión pública de nuestro país, visible en sus extremos cuando se expresan las preferencias políticas para conducir los destinos de la patria.

Los medios de comunicación no son ajenos a ese debate, por el contrario. Los dos conglomerados comunicacionales más influyentes son parte de los intereses que representan a uno de los modelos en pugna. Para ambos medios no hay felicidad popular posible, ni siquiera la que pueda entregar un triunfo del deporte más popular, mientras el comando del país se encuentre en manos que no representan sus intereses. Visto así, el seleccionado que capitanea Messi debe fracasar en su intento de campeonar en Qatar.

En su último partido el diez mostró públicamente un perfil distinto al conocido hasta ahora. Una estampa casi maradoneana poniendo en caja al entrenador de Holanda, Louis Van Gaal, que arrastra en su historia un recorrido de maltrato a jugadores. La lista incluye a nuestros Riquelme y Di María. Messi le hizo el Topo Gigio casi en la cara mientras festejaba su gol, y después de los penales que inclinaron la suerte del encuentro lo fue a encarar para recordarle lo que mucho que había hablado de más en la semana previa a este cruce.

Messi no se quedó ahí. Minutos más tarde de concluido el cotejo y antes de comenzar un reportaje cruzó al 9 de Holanda con un, “que mirás, andate bobo”. Frase que con rapidez quedó instalada a repetición en el lenguaje popular, exaltándola como virtud de un capitán frecuentemente señalado de no asumir un carácter más protagónico en el liderazgo del equipo. Acaso, se trate de un deseo en busca de completar su extraordinario talento con la estampa inolvidable de Maradona puteando en Italia 90 a la parcialidad local que silbaba el himno argentino.

La Nación creyó ver en estas reacciones de Messi la oportunidad para bajarle el precio al triunfo y la escalada Argentina a semifinales. Acuso a Messi de ser “vulgar”, y de protagonizar un “bochorno”. Ni el lector más paquete del diario conservador consumió la tramposa dialéctica seudo cultural. Muchos más después de haberse ocultado, desde esas mismas páginas, los gestos de barrabrava misógino realizado por Cristian Ritondo a Cecilia Moreau durante una sesión reciente de la Cámara baja.

La grieta seguirá entregando ejemplos tan groseros como estas semblanzas de Messi y la no expresada de Ritondo. Se fortalecerán si Argentina avanza un paso más en un mundial que es de fútbol y mucho más.

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