Con la aprobación del Senado el proyecto de ley que apunta a aumentar a 15 la cantidad de integrantes de la Corte Suprema de Justicia prepara su desembarco en la Cámara baja. Las expectativas para el oficialismo, que es quien impulsa la reforma de un tribunal viciado de incorrecciones y manifiestamente parcial en las causas con tenor político, no son alentadoras.  Llegar a los 129 votos necesarios para habilitar la sesión será el primer obstáculo. Juntos por el Cambio tiene 116 de los 257 miembros sin su apoyo las posibilidades del oficialismo quedan muy acotadas.

El resto de los bloques minoritarios va manifestándose en contra de la reforma. El ex ministro del Interior bajo la gestión de Cristina Fernández, Florencio Randazzo, aseguró: “No cuenten con mi voto para cambiar reglas electorales o violentar la conformación de otro poder del Estado. Tengo convicciones y libertad absoluta. Y eso no tiene precio”. Tampoco es que esperaban mucho de él desde en el oficialismo. Suelen decírselo en cada ocasión propicia con una frase de ocasión, “Roma no paga traidores”. La escucho en varias oportunidades, especialmente en debates calientes.

Desde el bloque Córdoba Federal que responde al gobernador Juan Schiaretti aseguran que el oficialismo gasta tiempo en manosear a la Justicia con este intento de modificar la Corte Suprema, “nunca se aprobará en Diputados” apuntan.

El diputado Leopoldo Moreau (Frente de Todos) reconoció que será una tarea difícil alcanzar el número necesario para completar el tratamiento parlamentario del proyecto de ley.