El armado opositor con un complejo espinel

Elisa Carrió salió a mostrar públicamente que mantuvo una reunión con el titular de la UCR, Gerardo Morales, en la que establecieron un pre acuerdo electoral. “Acordamos trabajar en conjunto en un proyecto de Nación con un nuevo paradigma de crecimiento No se trata de un nuevo Gobierno sino de un proyecto de Nación que sea transformador y cambie los paradigmas de los modelos que nos llevaron a la ruina”, adelantó la líder de la Coalición Cívica uno de los partidos que integran la alianza opositora Juntos por el Cambio. 

Carrió explicó que ha quedado planteado realizar reuniones de trabajo entre equipos de ambos partidos “para tratar programas de economía, producción, educación, geopolítica para los próximos 50 años, lucha contra el cambio climático y el agua como recurso estratégico de la Humanidad”. No escapa que esta reunión se produce horas después de un encuentro en la costa atlántica que tuvo como protagonistas a Larreta, Morales, Lousteau y Santilli. Bien podría leerse que en este cónclave, difundido con una instantánea de los cuatro cruzando una calle imitando la tapa del LP de los Beatles “Abbey Road”, estaba una potencial fórmula presidencial (Larreta-Morales), un candidato para la Ciudad de Buenos Aires (Lousteau) y otro para la provincia (Santilli).

El conclave playero tuvo su lado políticamente audaz. Mirado desde la interna del Pro fue un mensaje a Macri que viene dando muestras de su liderazgo al ordenarle a Larreta que ponga el cuerpo ante las graves acusaciones que recaen sobre su ministro de seguridad Marcelo D´Alessandro (hoy finalmente se formalizó su alejamiento por 90 días). A regañadientes el Jefe de Gobierno debió aceptar la sugerencia que bajó como una orden desde el ex presidente. Para colmo se llevó un tirón de orejas del propio Macri al ver esa tapa emulando a los Beatles. “¿Le vas a entregar a los radicales el mejor bastión que tenemos?”, preguntó a modo de reprimenda el ex presidente en referencia al destino de la administración porteña.

Ante la impronta del armado electoral Carrió no quiso demorar más sus movimientos. Volvió a los set de televisión amiga y buscó difundir este encuentro con un Morales que llegó de capa caída al mismo. Su convocatoria nacional a correligionarios en Mar del Plata tuvo más ausencias que presencias entre los más notables herederos del partido de Leandro Alem. La rebeldía interna en la UCR sigue creciendo hartos de estar detrás del Pro. No pocos auguran una nueva ruptura atento a la histórica consigna partidaria, “que se rompa pero que no se doble”.

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