Tener cierto grado de favoritismo, basado principalmente en los antecedentes que traían los ingleses, le jugó en contra a Los Pumas que este sábado debutaron de la peor forma en el Mundial. Cayeron 27-10 ante Inglaterra.

Desde el minuto inicial hubo una sucesión de errores que se fueron multiplicando con el correr del encuentro. Desde el penal de Santiago Carreras que lo dejó afuera 10 minutos en adelante la toma de decisiones fue generalmente desacertada como la de jugar un penal casi debajo de los palos con el tablero 3-3, hasta errores en el manejo de la ovalada.

Inglaterra supo a que debía jugar. Mucho más cuando supo que tendría uno menos hasta el final. Ganaron todas las pelotas altas y supieron tener más fortaleza física en los contactos. Ford tuvo una noche iluminada. El apertura metió todos los puntos, tres de ellos fueron desde quirúrgicos drops en el primer tiempo.

El complemento fue peor aún. Se esperaba una reacción argentina imaginando una arenga de entretiempo capaz de colocar las emociones al servicio de la mejora del juego. Nada de eso sucedió. Todo fue barranca abajo. Acaso lo único para mostrar quedó en el impulso final, con el try de Bruni como única anotación en los 80 minutos.

El torneo sigue. Habrá que esperar hasta el 22 para una segunda presentación. No será lo mismo todo lo que viene con rivales de menor jerarquía. La derrota ante la Rosa es dolorosa no tanto por el resultado, si por el flojísimo rendimiento.