Ésta fue la pregunta que inmediatamente se hicieron los integrantes del equipo económico del gobierno y el propio Presidente, Mauricio Macri. El interrogante reapareció tras el cierre que tuvo el jueves la cotización de la moneda estadounidense. Se venía de una semana en la que se desgranaron como nunca reservas del Banco Central que en la actualidad son de 55.998 millones de dólares.

El 26 de abril quedará registrado como un día con récord histórico para la entidad que conduce Federico Sturzenegger después de entregar 1472 millones de dólares en esa jornada, sin poder frenar la suba a $20,26 acompañado de una tasa a 33,25%. Los datos de esa jornada negra señalan que el JP Morgan fue uno de los principales compradores, entre un amplio grupo de entidades bancarias. Una semana más tarde la presión continuó limando otros 900 millones de dólares de las reservas del central entre martes y miércoles, alcanzando el pico de $23,30 para el cierre del último jueves. La diputada Carrió llegó hasta la Rosada, ese miércoles, anunciando que tenía la información que un banco de Rosario había jugado fuerte ese día. Lo ligó a los exportadores de granos que buscaban subir el precio del dólar antes de ejecutar la liquidación que el gobierno espera para estos días. Cierto, o no, lo real es que el Central mostró una extraordinaria debilidad para afrontar la corrida. Impuso una tasa de endeudamiento nacional del 40% y acumuló registros inéditos en la dilapidación de reservas. En marzo entregó 2.040 millones de dólares, en abril 4.730 y en estos pocos días de mayo 952. En total perdió 8.682 millones de dólares sin siquiera lograr el objetivo de bajar el dólar a los 19,30 previsto en el presupuesto nacional y entregando una tasa alocada del 40%.