Por la intervención del Ministerio de Trabajo quedaron suspendidos los despidos de 70 supervisores metalmecánicos de la planta que posee en Río Grande de la empresa Mirgor que pertenece a la familia Caputo.
Los trabajadores de la empresa fueguina se oponían a cambiar de convenio colectivo tal como plantearon desde la empresa. Esa modificación representaba un recorte de un 20% en sus haberes.
Frente a esa resistencia fueron despedidos y tras el reclamo de ASIMRA, el gremio que nuclea a los supervisores, el Ministerio de Trabajo local dictó conciliación obligatoria abriendo un período de 15 días de negociaciones entre el gremio y la compañía en los que buscarán alguna alternativa para acortar diferencias.
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