Las declaraciones públicas de Javier Milei van de escándalo en escándalo, y no solo por su limitada expansión en el lenguaje, algo que lo lleva a proferir insultos como los realizados este jueves ante empresarios del campo. En una exposición que se realiza en la localidad santafecina de Armstrong lanzó una frase muy violenta, vaticinó que los presidentes no deben tener una jubilación especial ya que “si hiciste las cosas mal, mereces cagarte de hambre por hijo de puta” (sic). No satisfecho con su exploración en el barro dialéctico se hundió en la historia para reflexionar que, “hemos tenido políticos desde 1935 que han sido una reverenda mierda” (doble sic).
Sin embargo, estas verdaderas brutalidades, que resultan inesperadas en la jerarquía que representa un primer mandatario nacional, quedan políticamente minimizadas ante otra de sus declaraciones de las últimas horas realizadas a un medio extranjero.
Al ser consultado Milei sobre su rol como conductor del Estado se definió como “el topo dentro del Estado” argentino. Ante la sorpresa de su entrevistada el Presidente afirmó, “soy el que destruye el Estado desde adentro. Es como estar infiltrado en las filas enemigas. La reforma del Estado la tiene que hacer alguien que odie el Estado. Y yo lo odio tanto que estoy dispuesto a soportar todo tipo de mentiras, calumnias e injurias tanto sobre mi persona como sobre mis seres más queridos que son mi hermana, mis perros y mis padres, con tal de destruir el Estado”.
Son tan bestiales están declaraciones en boca del Presidente que están siendo evaluadas desde distintos ámbitos y personajes como un delito muy grave que puede potenciar el pedido de un juicio político. Argentina tiene a un Presidente que anuncia públicamente que quiere la destruir el Estado.
0 comentarios