Milei representa una temible escala de valores

Por Claudio Leveroni

El presidente muestra en cada presentación pública que representa una escala de valores francamente temible. Lo es si el horizonte que se busca para una sociedad apunta a fortalecer la empatía por el otro, si se hace foco en una comunidad solidaria que permita la realización de todos y cada uno de sus habitantes.

En esta última aparición en un hotel céntrico Milei se mostró orgulloso de haber eliminado la obra publica de cuajo. Fue más lejos aún, infló su pecho de orgullo al señalar que ya se han despedido 50 mil trabajadores estatales prometiendo que otros 70 mil seguirán el mismo camino. Cifras, ambas, que increíblemente no son ciertas. El presidente las sostiene en lo alto como bandera de su propia escala de valores. Remarca la necesidad de exacerbar las cantidades, de exagerarlas, como una forma de ratificar la tendencia de gobernar careciendo de sensibilidad ante los daños que producen sus determinaciones.

Para tomar dimensión de la exageración del presidente, y también de su intencionalidad, solo hace falta tomar nota que esa enorme cifra de 120 mil personas perdiendo su empleo fue desmentida hasta por los gremios ligados a trabajadores del Estado. Estos sindicatos, que se encuentran en estado de alerta y movilización, denuncian que hubo casi 8 mil despedidos. Respecto a los 70 mil que Milei prometió cesantear, el vocero Manuel Adorni aclaró este miércoles que serán aproximadamente 15.000.

Milei denigra no solo al Estado y a la política. En sus discursos, cargados de una verba con términos poco esperables para quien ejerce la primera magistratura, ataca también a la educación pública. La denigra acusándola de haber hecho un gran daño. Una brutalidad que muestra, además de ignorancia supina, la necesidad que tiene el presidente de dinamitar las conquistas logradas en éste ámbito.

El primer mandatario suele en sus presentaciones hacer referencias sexuales permanentes. Ayer reiteró esa conducta con una frase fuera de contexto y de particular violencia, solo imaginable de ser aprobada en una comunidad muy atrasada. Acaso, lo más grave no sean las brutales expresiones del presidente, sino la aceptación que tienen en una franja de nuestro país que retrocedió culturalmente a épocas primarias de nuestra sociedad.

 

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