Sergio Massa trabaja en una agenda  de viajes que incluye la visita a Washington el 29 de agosto y después visitar Francia para terminar acuerdos con el Club de París.

En la capital de Estados Unidos el ministro de Economía tiene previsto encontrarse con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, en donde ratificará que se cumplirá con el objetivo planteado en el acuerdo firmado en marzo último, de bajar el déficit a 2,5% del PBI, hacia fin de año. La segunda revisión del acuerdo con el FMI se realizará en septiembre, demandará varias sesiones de trabajo conjuntas.

Massa prevé estar dos o tres días en Washington para garantizar una agenda al máximo nivel institucional y al menos un día en Wall Street, para fortalecer la relación con los inversores. El embajador argentino en Washington Jorge Argüello, trabajan en el armado de la agenda, que incluiría una entrevista con la directora gerente del FMI, con el presidente del Banco Mundial, David Malpass, y en el Tesoro no se descarta que Massa pueda concretar un encuentro con la secretaria del Tesoro Janet Yellen, y el subsecretario David Lipton.

La relación de Massa con funcionarios que influyen en las determinaciones de Estados Unidos para el continente es variada y muy buena. Por ejemplo con José González, el encargado para la región que trabaja con el asesor de Seguridad Nacional de Joe Biden, Jake Sullivan, se conocen mucho, estuvo en su casa en Tigre y él en la suya en los Estados Unidos.

Tanto Sullivan como González, habían recibido a Massa en la embajada de Estados Unidos en la Argentina, durante su visita en 2021, cuando se discutían las negociaciones por un acuerdo con el FMI, y que Massa apoyaba.

El Ministro de Economía pretende también en su viaje a la capital de Estados Unidos tener un encuentro con el el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, quien cambió drásticamente su postura con la Argentina apenas asumió Masa, y en donde las intenciones oficiales son que se destraben los créditos ya aprobados y demorados que son unos 500 millones de dólares, y que se aceleren los que están en carpeta, por alrededor de 700 millones de dólares.