En muchas ocasiones la acumulación de grandes riquezas se logra sobre el padecimiento de las poblaciones. Un ejemplo de eso se puede observar en las empresas que compran y venden granos globalmente. Todas se beneficiaron de las distorsiones del mercado causadas por las tres grandes causas de la catarsis económica mundial de los últimos años: El clima, la pandemia y la guerra en Ucrania.
La pandemia, por ejemplo, paralizó el mundo durante más de un año. Sin embargo, las cerealeras marcaron récords de facturación en ese período. Solo la estadounidense Cargill en su balance 2021/2022 creció en sus ingresos anuales en 23% con un récord de US$165.000 millones
En Argentina, según un relevamiento que realizaron los analistas Federico Di Yenno, Patricia Bergero y Julio Calzada para la Bolsa de Comercio de Rosario, en 2021 las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) del conjunto de los productos (granos, harinas y aceites vegetales) del sector agroexportador, ascendieron a 117 millones de toneladas, casi el doble del año 2020 (60 Mtn). De ese total colocado en el exterior, diez empresas acapararon más del 90% de las exportaciones argentinas, con más de 105,4 millones de toneladas vendidas en 2021.
En el 2021, el valor de las exportaciones solo de la cadena maicera ascendió a US$ 9.257 millones, representando el 12% de las exportaciones argentinas según datos publicados por el INDEC. Con esto, en una década la cadena duplicó su participación en el valor total exportado por Argentina, pasando del 6% en 2012 al 12% durante 2021.
En la campaña 2020/2021, Argentina exportó cerca de 40 millones de Toneladas de maíz a los principales mercados para el grano amarillo argentino: Asia, América del Sur y África. En plena pandemia, durante 2020/21, Argentina abasteció el 22% de la demanda externa asiática con 18,5 Mt, el 42% de la sudamericana con 6,9 Mt y el 14% de la africana con 5,7 Mt.
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