Después de compartir un desayuno con con su gabinete y trabajadores de Casa Rosada, el presidente Alberto Fernández caminó hasta la Catedral Metropolitana en medio de personas que saludaban su paso siempre acompañado por sus funcionarios más cercanos entre quienes se observó, también, a algunos que ya no están en funciones.
Una vez en la Catedral el Presidente siguió con particular atención la homilía del Cardenal Mario Poli quien hizo referencia a la parábola del buen samaritano para destacar la necesidad de despojarse de egoísmos y pensar en el otro. También pidió prudencia a las autoridades y honestidad de ciudadanos para robustecer “la concordia y la justicia y podamos vivir en paz y prosperidad”, mientras el presidente Alberto Fernández asentía con su cabeza valorizando las palabras del Cardenal.
“Las del cardenal fueron palabras muy reflexivas que comparto y que valoro mucho”, comentó el presidente Alberto Fernández más tarde
Poli concluyó su mensaje rompiendo la solemnidad tradicional con un ¡Viva la Patria! que debió reiterar ante la falta de la respuesta consabida. Los sorprendidos asistentes recién contestaron tras ser advertidos por el propio Cardenal.
El Presidente, después del Tedeum, compartió un locro con trabajadores y trabajadoras de la economía popular en un club del municipio bonaerense de Florencio Varela.