El presidente de Paraguay, Santiago Peña, ya visitó dos veces Casa Rosada este año. Casi que ingresó de pie puntillas para entrevistarse con Javier Milei. En ambas ocasiones el viaje del mandatario vecino ni siquiera estuvo en la agenda diaria que en cada jornada la vocería presidencial da a conocer. El motivo de ambas llegadas de Peña a Buenos Aires estuvo relacionada con la deuda que Argentina tiene con Paraguay por Yacyretá.

Yacyretá es una central binacional construida en el curso alto del río Paraná, a la altura de la localidad correntina de Ituzaingó, y el departamento de Misiones, en Paraguay. Cada país accede al 50% de la producción de esta central, como Paraguay no utiliza la totalidad le vende su excedente de energía a la Argentina. Desde esta condición nuestro país fue acumulando deuda.

En 2017, bajo la presidencia de Macri, hubo un acuerdo sobre la deuda de Yacyretá, y por los porcentajes de resarcimiento de los dos estados por el territorio inundado, por el cual Paraguay recibirá alrededor de 1.000 millones de dólares en 10 años a partir del 2023.

Un nuevo acuerdo hubo en septiembre del año pasado con Argentina pagando una primera cuota de 12 millones de dólares, correspondiente a una deuda total de 36 millones de dólares por energía que había sido cedida en 2022. Por esos días la tensión había llegado a tal punto entre ambas naciones que las autoridades paraguayas amenazaron con no avanzar en la construcción del llamado Brazo Aña Cuá, una ampliación de Yacyreta que aumentará la producción, si no estaba resuelto el debate sobre la deuda. Este brazo comenzó a construirse en 2021, con una inversión de 400 millones de dólares, y debería inaugurarse este año.

Paraguay también cuestiona el precio del peaje puesto en la hidrovía del lado argentino que, desde enero del año pasado es de USD 1,47 por tonelada de registro neto a las embarcaciones de cabotaje internacional. Después de Semana Santa habrá una reunión de la Comisión de la Hidrovía, para hablar del tema. Las autoridades paraguayas están reclamando que Argentina abone 16 millones de dólares para no afectar el normal funcionamiento de la central.