El posfeudalismo de Milei

Por Claudio Leveroni

Embuido de una potestad moral superlativa Javier Milei se paró este miércoles frente a los dueños mundiales de los grandes negocios para enrostrarle en la cara que “occidente está en peligro”. Sin mostrar dudas afirmó que la responsabilidad por semejante diagnóstico es de ellos. Fue más lejos aún aportando datos sorprendentes, aunque de dudoso orígen, para apoyar su visión apocalíptica.

La exclusiva platea, de la no menos exclusiva ciudad de Davos, intercambió miradas de asombro a medida que trascurrian los minutos de exposición del mandatario argentino. El diario español El País describió con certeza el momento: “Fue recibido con entusiasmo en el corazón del capitalismo… pero las caras empezaron a cambiar en la sala en cuanto Milei empezó a hablar”.  Una fiel interpretación de los colegas españoles reflejando que los representantes del capitalismo de hoy siguen teniendo en sus negocios la misma vocación voraz de sus antepasados después de haber incorporado en sus costos operativos las conquistas laborales.

Milei cree representar la posmodernidad, en realidad, atrasa. Se asume como el diseñador de una nueva época. Lo hace con ínfulas e ideas primarias que nos retrotrae a esquemas de organización social bajo la tutela económica de los más ricos y poderosos. Se asemeja a tiempos feudales. En su discurso, de llamativa simplicidad en su desarrollo intelectual, lanzó por la borda conquistas sociales alcanzadas con el correr del tiempo en todo el mundo. Logros que hicieron más equitativa las condiciones de vida para los trabajadores. Degradó la justicia social emparentándola con la pobreza, y definió como “héroes” a los empresarios asegurando que son ellos los encargados de distribuir recursos.

 

 

 

 

 

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