Por Claudio Leveroni

No parece demasiado complicado recorrer el espinel de decisiones financieras del mundo privado para llegar a la conclusión que, detrás de la disparada del riesgo país y hacerlo llegar por encima de los 1000 puntos, acompañado de un dólar que ya se instala en los $47, hay una determinación política que apunta a dañar la imagen del presidente Mauricio Macri. Hacer subir el riesgo país y el dólar en su cotización vernácula son resortes exclusivos que están a mano del poder real. El primero, en forma indisimulable, lo administra la banca J.P. Morgan; en tanto que la adquisición de divisas para fortalecer su cotización no está en manos del menudeo, más bien queda como una determinación de los grandes operadores del mercado. Con este cuadro de situación podemos intuir que el poder real está tramando por estos días una nueva estrategia electoral que no contempla al actual mandatario como figura central. El mundo de los negocios financieros no está dispuesto a perder el control de la administración nacional. Opera con la embajada más poderosa para rediseñar el curso de las cosas. El insistente mensaje de un plan V se reflota a las pocas horas cada vez que es desactivado por Macri. El poder real manda señales claras. Le bajó el pulgar a Macri. La pregunta que queda flotando es saber cuál será la respuesta que diseñarán si con Vidal o Larreta como candidatos tampoco les alcanza.