Bajo una presentación digna de un lanzamiento de campaña Cristina Fernández fue la única oradora en un acto realizado en el estadio Diego Maradona de La Plata ante una multitud que los organizadores estimaron en 60 mil persona. “Todo a su medida y armoniosamente, como dijo el General”, respondió suspicazmente en una de las tantas veces que el gentío coreó “Cristina Presidenta”. En ese contexto mostró un gráfico donde se destacaba con picos por encima del 50% la participación de los trabajadores en la renta nacional, “Podemos volver a hacer esa Argentina, porque ya la hicimos. La gente tiene que decidir si quiere volver a hacer esa Argentina que alguna vez tuvieron”.

Si bien su discurso no tuvo la habitual armonía en la relación de temas que va uniendo, la vicepresidenta dejó en claro que no estaba ahí para confrontar con personas, sino para exponer ideas y en todo caso debatirlas con quienes no piensan lo mismo. Lo dijo refiriéndose a la ruptura de un acuerdo implícito que era parte de la cultura política y se ha roto. “El 1º de septiembre se quebró el pacto democrático de respetar la vida. Y es obligación de todas las fuerzas volver a reconstruir este pacto, separando a los violentos, al lenguaje del odio, al que quiere que el otro se muera porque piensa diferente”, señaló, para rematar con “no hay nada que garantice más el orden que eso. No es el gatillo fácil, es el trabajo bien remunerado”.

Cristina hizo hincapié en un tema que incorpora en su agenda como uno de los más importantes a resolver por dirigencia política, la inseguridad en el marco de un ordenamiento social. “Sabemos que el orden, por lo menos para los peronistas, ayuda y contribuye con la seguridad. Pero, ¿cuál es el orden para nosotros? Que las madres y los padres vayan a trabajar, los pibes al colegio, y que después coman juntos en su casa, no en los merenderos”.

Recordó la celebración del día del militante, así nominado por el peronismo en recuerdo al regreso de Perón al país en 1972 después de pasar 17 años en el exilio proscripto y perseguido hasta el paroxismo de prohibir nombrarlo por decreto (4161) de la dictadura militar que lo derrocó en 1955, y pidió que sea este día el día del militante por la Argentina. “El país necesita militantes, no de un partido político, sino de su pueblo, de sus trabajadores, de sus científicos, de sus intelectuales”.

Apunto a un sector de la justicia que con sus determinaciones perjudica al pueblo  y puso un ejemplo. “Tu telefonito, la internet de tu casa, aumentaron el doble que la inflación porque hay jueces que dijeron que el decreto que se firmó para que sea un servicio público con precios regulados no debía aplicarse”.