Bajo la influencia del conflicto armado en Ucrania la inflación está haciendo estragos en casi todo el mundo. Las potencias europeas están sufriendo los coletazos de la guerra con el alza de precios en materias primas sensibles. Alemania anunció que los precios al consumidor de mayo subieron un 7,9% en comparación con el mismo mes de 2021. En abril la misma medición había marcado un aumento del 7,4%.
Así lo dio a conocer la Oficina Federal de Estadística Destatis, resaltando que se trata de la tasa de inflación más alta desde principios de 1974. El impacto más importante se observó en los precios de la energía que treparon un 38,3% más respecto a un año atrás. En tanto el precio de los alimentos ascendieron el 11,1% en el mismo período.
El ministro de Finanzas, Christian Lindner, dijo que “la principal prioridad debe ser combatir la inflación”. “La inflación es un riesgo económico enorme y debemos combatirla para que no surja una crisis económica, para que no se desarrolle una espiral a través de la cual la inflación se retroalimente”.
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