Un solo referente de la primea línea de Juntos por el Cambio llamó a Cristina Fernández de Kirchner para solidarizarse con ella tras el intento de asesinato que sufrió en la puerta de su casa la semana pasada. Fue el gobernador jujeño, Gerardo Morales. Ningún otro dirigente de ese sector de la derecha autóctona intentó comunicarse con la Vicepresidenta. Así lo informó el diputado nacional Eduardo Valdés mostrando indignación por semejante apatía ante el hecho de gravedad institucional más grave desde la recuperación de la democracia en nuestro país.

Un escalón más abajo de semejante indiferencia se ubicó la titular del Pro que ni siquiera se solidarizó a través de algún mensaje en redes, como lo hizo la mayoría de sus pares. Peor aún, su primer twitter fue para criticar al Presidente Fernández por declarar feriado nacional el viernes pasado para reflexionar sobre el odio y la violencia que envuelve a nuestra sociedad.

La diputada provincial por Santa Fe, Amalia Granata se instaló en un rincón de mayor marginalidad al asegurar que el intento de magnicidio fue montado por el gobierno y hasta llegó a mandar desde su cuenta en Twitter la foto de un militante peronista junto a Cristina, de relativo parecido al detenido por este caso, asegurando que se trata de quien apuntó a Cristina con el arma. El joven militante, que recibió una catarata de insultos por redes, ya anunció que va a querellar penalmente a la legisladora.