Recorriendo calles con nula presencia de público y después de realizar el habitual camino para estas ocasiones, desde Casa Rosada al Congreso Nacional, el presidente Milei poco antes de las 21:00 ingresó al parlamento saludando fríamente a la vicepresidenta Victoria Villarruel (aplaudió muy pocas veces el discurso del presidente). La titular del Senado no fue invitada a la cena que se realizó en Casa Rosada después de la sesión parlamentaria.

El primer mandatario inició su mensaje con su habitual vehemencia repasando la economía en su primer año de gestión definiéndola como exitosa a partir de la baja de la inflación. En este contexto aseguró que ha bajado la pobreza que se había multiplicado por 10 desde 1974 hasta ahora. También reiteró a los gritos el autoelogio asegurando que encabeza “el mejor gobierno de la historia argentina”.

Volvió a plantear que el objetivo es achicar el Estado. Reivindicó el cierre de secretarías y empresas del Estado como la agencia Telam, resaltando en este último caso que no les hace falta financiar “periodistas mentirosos pagados por el erario público”. En un rapto de improvisación dijo que la privatización de las empresas públicas es prioridad «porque es un peso para el sector privado».

Sin abandonar el tono violento en su verborragia Milei aseguró que están cumpliendo con el 97% de lo prometido en la campaña electoral, augurando que en las próximas elecciones serán juzgados por los hechos. Prometió acordar con el FMI para poder terminar con el cepo cambiario este año.

Bajar la edad de imputabilidad ha sido uno de los planteos de Milei en el discurso, algo que destacó con el agregado que es necesario aumentar todas las penas del código penal. En determinado momento Milei dejó de leer para retrucarle de manera poco formal al diputado Manes al que definió como un ignorante político. El legislador radical le reclamaba que hable de la cripto estafa.