Un gobierno internamente alterado con acciones que atrasan

Si estaríamos ante un gobierno con cierta coacción interna no habría dudas que las declaraciones disparatadas que, en el mismo día y en actos distintos, realizaron el ministro de justicia, Mariano Cúneo Libarona, y de la vicepresidenta Victoria Villarruel, son parte de una estrategia de distracción para direccionar la mirada social y de los medios hacia otro destino y no se detengan en la situación económica del país.

En su visita a diputados Libarona esgrimió argumentaciones del medioevo desconociendo la diversidad sexual “y las identidades sexuales que no se alinean con la biología”. Agregó que el gobierno prioriza la familia, interpretando de sus palabras que solo refiere a aquellas compuestas a partir de un varón y una mujer. Lo hizo asegurando que esa es la posición del gobierno. Fin (diría el vocero Adornis).

Por su lado, Villarruel reflotó el argumento utilizado cuarenta años atrás por los defensores de la última dictadura cívico militar estigmatizada bajo la denominación de la teoría de los dos demonios. En ese contexto a Vicepresidenta pidió que “todos los montoneros tienen que estar presos, respondiendo por ensangrentar nuestra nación”, para lo cual buscará reabrir “todas las causas de victimas del terrorismo para que sea la Justicia la que haga lo que debió hacer hace 20 años”. 

Referir a dos décadas atrás es, de manera indisimulable, apuntar a responsabilizar al peronismo gobernante en esos años de una falta que no fue tal. Podría haber dicho 40 años atrás, o también sugerir que la propia dictadura podría haber realizado esos juicios en lugar de asesinar, torturar y secuestrar miles de personas como hizo.

En 1989 y 1990 hubo una seguidilla de 20 decretos, sancionados por el entonces presidente Carlos Menem, indultando a más de 1.200 personas entre civiles y militares que cometieron crímenes durante la dictadura. Allí se incluyó a los miembros de las juntas condenados en el Juicio a las Juntas de 1985, y líderes de las organizaciones guerrilleras.

Como corolario de estas dos acciones de figuras centrales del gobierno nacional, y como muestra de una inexistente coacción interna, el vocero Manuel Adornis señaló este martes que el tema juicios a montoneros no está en la agenda del presidente Milei. También hizo una interpretación muy particular de lo planteado por Cúneo Libarona asegurando que lo conoce bien y quiso decir otra cosa cuando habló de su rechazo a la diversidad sexual. “Somos liberales, cada uno es libre de sentirse como quiera”, expresó.

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