Mientras la investigación judicial sigue su rumbo en busca de saber con precisión si el atentado contra la Vicepresidenta fue parte de un complot con más participantes, además del autor de los dos disparos fallidos Federico Sabag Montiel y su novia Brenda, en el gobierno nacional ajustan los mecanismos de seguridad tanto de Alberto Fernández y Cristina Fernández, como de los integrantes del gabinete nacional. “Hay temor a un efecto contagio”, es decir que el intento de magnicidio dispare ideas similares que pongan en la mira a las principales figuras de la administración nacional.

En Casa Rosada están seguros que Sabag no fue un lobo solitario, también han tomado nota de las fallas que hubo en la seguridad de la Vicepresidenta. “Hubo relevos del personal que estaba en el operativo” le aseguró a CP una fuente confiable del gobierno, “no tuvieron el nivel que se espera en un momento así”. La misma fuente se encargó de desmentir que se haya aumentado la cantidad de custodios de la dupla presidencial, o de algunos miembros del Gabinete. Sí, se ordenó cumplir con los protocolos, “los funcionarios deben someterse a lo que indica la custodia”. En ese contexto habrá que observar que sucederá con Cristina y sus habituales encuentros cuerpo a cuerpo con la militancia y el ciudadano común que se acerca a saludarla.

La misma fuente se encargó de minimizar el conflicto que surgió por el bloqueo del celular de Sabag, asumiendo que la información que contiene se podrá rescatar. El teléfono “fue entregado en sobre cerrado al juzgado”,  fue un personal policial especializado que allí trabaja quien intentó ingresar sin éxito.