En una actitud de llamativa sumisión el Presidente Javier Milei se subió ayer a un avión privado y partió rumbo a Ushuaia para reunirse allí con la Generala del Ejército de los Estados Unidos Laura Richardson, quien el día anterior había estado en Casa Rosada para reunirse con el Ministro de defensa Petri y el Jefe de Gabinete Nicolás Posse.
La Comandante del país del norte no fue al sur de nuestro país por turismo, lo hizo en defensa de los intereses de su país en un claro mensaje político del que ya había dado cuenta cuando expresó la preocupación de Estados Unidos por supuestas inversiones chinas en esa región. En Ushuaia Argentina construye con fondos propios un puerto de aguas profundas y una Base Naval Integrada de perfil científico que fue aprobado por ambas cámaras del Congreso Nacional.
El gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, mostrando una mirada crítica sobre la observación de Richardson, adelantó que no iría a recibirla. La determinación del mandatario provincial provocó que Milei, asumiendo una sobreactuación, decidiera llegar hasta la ciudad más austral del país para acompañar a la generala.
“No queríamos dejar de aprovechar la ocasión para darle bienvenida a la Argentina a la general Richardson, Comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, y expresar nuestro agradecimiento por su visita y por el apoyo que el gobierno de los Estados Unidos ha demostrado a este nuevo Gobierno”, sostuvo el Presidente Milei durante una declaración de prensa que ofreció al arribar a Ushuaia. Milei afirmó que la Base Naval Integrada será “un gran centro logístico que constituirá el puerto de desarrollo más cercano a la Antártida y convertirá a nuestros países en la puerta de entrada al continente blanco”.
El Presidente estuvo acompañado por la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei; el Ministro de Defensa, Luis Petri; el Jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el embajador de Estados Unidos en Argentina, Marc Stanley.
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