Aún no hay un pedido formal para las sesiones extraordinarias, tampoco para una reunión de las comisiones que deben tratar estos temas. La especulación que hacen desde el oficialismo es que habrá dos jornadas para tratar estos temas. Serían el 6 y 11 de febrero.
Una de las formas que hay para identificar y diferenciar a quienes son los opositores aliados más cercanos al gobierno de aquellos que toman cierta distancia, es el lugar elegido para reuniones que forman parte de la dinámica de funcionamiento político.
El diputado Miguel Ángel Pichetto lo expresó a boca de jarro días pasados, “yo no voy a Casa Rosada”. Comentario relacionado al pedido de encuentros que llegan desde Balcarce 50, sitio que suele ser aceptados para estas mini cumbres por algunos referentes del Pro y radicales, como Cristian Ritondo o Rodrigo de Loredo. Obviamente no son los únicos, pero si son figuras preponderantes por presidir sus respectivos bloques.
Bajo esta mirada es que esta semana el gobierno eligió el Congreso como punto de reunión para buscar consenso con estos bloques en el temario de extraordinarias.
La reunión la encabezo el titular de la Cámara Baja, Martín Menem acompañado por el vicejefe de Gabinete de Interior, Lisandro Catalán, y el vicejefe de Gabinete Ejecutivo, José Rolandi. Estuvieron representantes de 12 de los 20 bloques que conviven en diputados. El dato que sobresalió es que no hubo representantes del Pro. Hubo un reclamo generalizado, la necesidad de votar el presupuesto de este año, algo que no parece de interés para el gobierno. Se siente más cómodo aprovechando la licencia que le otorga extender el extendido de 2024.
Hay consenso para suspender por este año las elecciones primarias y también en acompañar el proyecto de ficha limpia. Sin embargo, no está garantizado que se llegue para su aprobación a las 129 voluntades. Al decir de Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica) “tienen los votos pero son muy endebles”.
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