Miles de jubilados se congregaron en Plaza Congreso este miércoles para, desde allí, marchar hasta Plaza de Mayo mostrando su repudio por los haberes que reciben y por el veto a la reforma jubilatoria votada por ambas Cámaras del Congreso de la Nación.
Apenas se reunieron fueron advertidos por las fuerzas de seguridad que dispuso Patricia Bullrich que no podían cortar la circulación vehicular. A la explicación de los uniformados le siguieron empujones, gases y varios palazos sobre la humanidad de los ancianos. Muchos se retiraron, la mayoría se encolumnaron por Avenida de Mayo hacia la Casa Rosada.
El repudio al veto, anunciado por el presidente para la reforma jubilatoria (se publicará esta semana en el Boletín oficial y será total), fue el reclamo central de la movilización. Algunos gremios, como La Bancaria y partidos de izquierda, mostraron sus carteles también. Lo cierto es que la Plaza estuvo lejos de quedar colmada.
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