Revirtiendo lo que había dicho hace pocos meses cuando renunció a la banca que tenía en diputados, Elisa Carrió anunció que volverá a disputar espacios de poder en las próximas elecciones. “Voy a ser candidata en el 2021 en la provincia de Buenos Aires. Yo estoy dispuesta que salgamos a la libertad. Para limpiar la provincia no descarto ser candidata a gobernadora en el 2023”, reafirmó a través de un mensaje en redes sociales, después de adelantar esa determinación en el set de un programa de su señal predilecta, TN.

La fundadora de la Coalición Cívica es un verdadero catálogo de contradicciones, vive saltando de posturas antagónicas y en muchas ocasiones violentas. Pasó de “Macri es un contrabandista, es una verdad que no puede ser cambiada”, que manifestó en 2003, a ser socia y defensora de los intereses de quien resultó electo presidente en 2015. Su manifestado odio a la actual vicepresidenta, Cristina Fernández, parece ser la motivación central de esta nueva movida. “Lo que acá hay es una pelea de facciones, ella voltea al presidente”, aseguró abonando una idea que viene alimentando.

La violencia verbal de Carrió desborda límites inimaginables, mucho más en una persona que abraza la fe católica como lo hace ella. En su momento lanzó comentarios como “Gracias a Dios murió De la Sota”, después pidió disculpas. Sin embargo, en las últimas horas volvió a recorrer un camino similar, al referirse a la muerte, también en un accidente, del banquero Jorge Brito al señalar ” Gracias a Dios que no está”.