Dirigentes políticos, militantes gremiales y sociales de distintos puntos del país realizan la séptima Marcha a Lago Escondido, para denunciar que la propiedad del magnate británico Joe Lewis impide, ilegalmente, el acceso al gran espejo de agua del sur argentino. Participan más de 1.000 personas de 120 organizaciones.

“Esta marcha no busca enfrentarnos con vecinos y pobladores, como se quiere propiciar desde algunos medios”, aclaró Jorge Molina, secretario general de la CTA de los Trabajadores de Río Negro, al iniciar la rueda de prensa desde la sede del Sindicato de Obreros y Empleados Municipales (SOyEM) de Bariloche. “Es una marcha por la defensa de la soberanía territorial y de los bienes naturales que nos pertenecen, y para demostrarle al Gobierno de la provincia de Río Negro y al Poder Judicial que tienen que cumplir la sentencia ya firme sobre el acondicionamiento del camino” resaltó al explicar el cronograma de actividades que se inició este fin de semana y finalizará el próximo 14 de febrero como parte de una acción permanente denunciando que el magnate británico Joe Lewis se apropió de forma ilegal del espejo de agua.

Este martes comenzará la movilización principal desde el área céntrica de Bariloche para concentrarse en el inicio del llamado ‘camino de Tacuifí’ sobre la ruta nacional 40, a la altura del paraje El Foyel, cuyo ingreso se encuentra hoy enrejado por decisión de la empresa Hidden Lake, propiedad de Lewis.

Con dos columnas de manifestantes, la protesta intentará llegar a orillas de ese lago para denunciar que en esa zona, donde tiene su estancia Lewis, existe un “enclave británico” que funciona como “la cueva de un poder mafioso que busca condicionar la democracia”, según denuncian los organizadores durante la conferencia de prensa que ofrecieron el viernes último.