Por: Miguel «Tano» Armaleo
Nada es, lamentablemente, como pretende vender el gobierno. La crisis llega a todos los rincones del país. Destruye salarios y poder de compra. Así como los trabajadores corren con sus salarios detrás de la inflación, y lo propio jubilados, el sector industrial y productivo no se queda atrás.
Se acaba de dar a conocer que la industria manufacturera se hundió un 4,5% mensual en marzo, lo que significó la peor baja desde diciembre de 2023, mes atravesado por la devaluación que convalidó Javier Milei ni bien llegó a la Casa Rosada
Otro dato negativo proviene de la construcción. Este sector cayó, en marzo, un 4,1 por ciento respecto a febrero, según datos del Indec. Además, el mismo organismo también dio cuenta que de 20 indicadores económicos de relevancia que mide mes a mes, tan sólo dos muestran crecimiento en lo que va del año, financiero e industria extractivista.
Mientras la economía sigue por la brecha de la especulación financiera y el gobierno descree de un modelo industrial y productivista con desarrollo nacional y una justa distribución de la renta, empresas como Los Grobo, Celulosa, AgroFin, al igual que la Fábrica Militar de aviones (FADEA) se encuentran al borde del cierre. La lista de Pymes que están en proceso preventivo de quiebra o a punto de cerrar es interminable.
Datos oficiales de la Superintendencia de Riesgo de Trabajo tiene en su Excel, 13.400.000 trabajadores registrados en diciembre 2023. En la actualidad, 800.000 quedaron sin trabajo.
En ese contexto, la construcción cayó en marzo un 4,1 por ciento respecto a febrero, según datos del Indec. Se perdieron 13.000 puestos de trabajo. Por su parte, el índice de la construcción elaborado por fabricantes de productos de construcción, dio cuenta que se desplomó un 33% el despacho de productos. No hay consumo en el rubro. Lo propio sucede en el sector supermercadista: caída del 6%. La gente no tiene plata, por lo tanto, no hay consumo.
La explique como la explique el presidente, mienta o monte falsos relatos y ataque a economistas, el meollo de la cuestión es el modelo político que reivindica el gobierno de Milei con ayuda del PRO y la UCR. Un modelo especulativo, timba financiera que sólo satisface a una porción muy baja de la población. En el mejor de los casos, un 20%.
En este marco, las importaciones superaron las exportaciones. Argentina no genera dólares. Y los únicos que ingresaron fueron los tomados por deuda ante el FMI. Una vez más, la salida es cambiar de receta, cambiar de modelo
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