El presidente convocó este domingo al Congreso Nacional y una transmisión en cadena para presentar el presupuesto del año próximo, del que finalmente solo dio conceptos globales relacionados con la dirección política y económica de su gobierno. Lo hizo con su ya conocida verba agresiva contra los políticos y todos quienes se oponen a su modelo económico.

Milei volvió a proponer achicar el Estado a una mínima expresión para que sea el mercado quien establezca los parámetros de convivencia económica y social. Aseguró sin dar precisiones que “después de años donde la clase política vivió poniendo cepos a las libertades individuales, hoy venimos aquí a ponerle un cepo al Estado”. Volvió a decir que Argentina fue la primera potencia mundial 120 años atrás y fuera de contexto le habló socarronamente al diputado Germán Martínez (UXP) diciéndole que debían aprender a sumar.

Con las acostumbradas exageraciones dialécticas aseguró que Argentina fue “el mayor defaulteador serial del mundo” y “es el país con mayor
cantidad de impuestos del mundo”. Dos conceptos sostenidos sin datos comparativos que permitan consolidar semejantes afirmaciones. Las definiciones grandilocuentes e incomprobables no se agotaron ahí. En la misma línea de pensamiento aseguró que “la política les ha robado a los argentinos cerca de 25 mil millones de dólares por año en señoreaje, en los últimos 20 años”. 

También adelantó que vetará todos los proyectos que atenten contra el equilibrio fiscal, tal como hizo con la reforma jubilatoria e implícitamente (aunque no la mencionó) lo hará con la más reciente relacionada con el financiamiento universitario.