El descalabro que envuelve al Ministerio de Capital Humano, y en particular a su titular Sandra Pettovello, terminó por estallar con un comunicado del propio organismo reconociendo que existen toneladas de comida en sus galpones de Villa Martelli y Tafi Viejo (Tucumán) que están por vencer. En el escrito promete distribuirlo a través del Ejército Argentino.

La cartera ministerial asume la responsabilidad de este grave hecho, que significa retener comida que está destinada a los sectores más empobrecidos de la población, y eyectó a Pablo de la Torre. Una maniobra que busca ser salvoconducto para la propia máxima responsable del ministerio.

Conocida la denuncia, realizada desde el periodismo (El Destape nota de Ari Lijadad), el gobierno minimizó el tema. Si bien reconoció la existencia de las casi 6 millones de toneladas de alimentos, aseguraba que todo estaba controlado, a la par de cuestionar la existencia de comedores populares sobre los que hizo recaer sospechas de no asistir a la gente. También hubo funcionarios que prefirieron cuestionar la calidad de los productos, degradando el consumo de yerba. Todo un verdadero papelón que derivó en una denuncia penal por un hecho moralmente aberrante como es la manipulación del hambre de los que menos tienen.