El gobierno porteño sorpresivamente cambio de rumbo respecto a la dirección de los anuncios del Jefe de gobierno del último viernes referidos a la aplicación del nuevo DNU en la Capital Federal. Las modificaciones están relacionadas a como atenderán los comercios a sus clientes.

Larreta se comprometió públicamente a fortalecer los controles señalando que los negocios atenderán puertas afuera, es decir sin ingreso de personas a los locales, tal como establece el el Decreto presidencial. En las últimas horas, a través de un mensaje desde su cuenta personal en Twitter, el vicejefe y Ministro de Seguridad, Diego Santilli, giró esa determinación sin ninguna explicación más. Lo hizo al señalar que “en la Ciudad los comercios no esenciales seguirán trabajando como lo hacen actualmente y podrán atender a sus clientes en el interior del local”.

¿Qué sucedió en ese puñado de horas que hubo entre el anuncio de Larreta y la corrección de Santilli?. La presión interna se hizo sentir desde varias direcciones ratificando que el control político de la ciudad está en manos del ex presidente Mauricio Macri. La titular del PRO, Patricia Bullrich, minutos después de escuchar a Larreta salió con un mensaje en redes cuestionando su decisión de dejar sin clases presenciales a las escuelas secundarias. “Quienes integramos Juntos por el Cambio coincidimos en que la educación es esencial y debe ser nuestra prioridad porque iguala oportunidades y genera desarrollo a futuro. Ahora: ¿quiénes se perjudican con el cierre del nivel secundario?”.

El ala dura del Pro logra condicionar cualquier determinación política de Larreta, lo quieren solo administrando la ciudad tal como lo hizo cuando el titular era el propio Macri. Por ahora, Larreta no logra desmarcarse de esa degradación a su jerarquía política.