Todo indica que la temida segunda ola de la pandemia ya se despliega en nuestra región. La situación más complicada se observa en Brasil con un promedio ascendente de contagios que trepó a 90 mil casos diarios (24 de marzo) acumulando entre 2 y 3 mil muertes cada jornada. El país conducido irresponsablemente por Jair Bolsonaro, ya superó los 300.000 fallecidos con Covid, después que el presidente minimizó durante el último año las consecuencias de la pandemia. En esos doce meses Brasil tuvo más de 12 millones de contagiados. Ahora, ya muy tarde, Bolsonaro anunció la creación de un comité de crisis nacional para monitorear la pandemia. Lo anunció este miércoles teniendo como respuesta un repudio general manifestado con un extendido cacerolazo en las principales ciudades.

Uruguay, que saltó de 800 casos (dos semanas atrás) a 1800, suspendió las clases presenciales hasta la Semana Santa, cerró las oficinas estatales y canceló los espectáculos públicos hasta el 12 de abril. En ese ínterin la fuerza pública disolverá cualquier aglomeración en el espacio público. “Vamos a aplicar la ley vigente”, advirtió el presidente Lacalle Pou.

El ascenso de contagio en Chile ha sido abrupto duplicando el número en las últimas dos semanas hasta llegar a los 7 mil en un día (20 de marzo) y mantenerse desde entonces cerca de esa cifra. Si bien Chile ha inoculado a casi el 30% de su población con una dosis y un 15% con las dos, en estos días tiene los hospitales colapsados con una de las más altas tasas de mortalidad por COVID de América Latina (más de 1500 muertos por millón de habitantes), y un total de casi 30 mil fallecidos. En los últimos días mantiene un promedio de 100 muertos diarios (uno cada 15 minutos), es el país con mayor número de casos nuevos por habitantes en América Latina, después de Uruguay y Brasil, según cifras de Our World in Data.

18 países acapararon el 88% de la producción mundial de vacunas. Argentina está dentro del 12% restante y tercera en la región en cantidad de dosis compradas.