El voraz apetito de negocios que despliegan por estos días los laboratorios farmacéuticos ha motivado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) les exija públicamente que respeten los compromisos que han asumido. El llamado ha sido puntualmente para AstraZeneca y Pfizer y en el marco del mecanismo Covax que monitorea la OMS adquiriendo y distribuyendo vacunas contra el covid en todo el mundo.
El secretario general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, señaló en conferencia de prensa que espera que estos laboratorios respeten los compromisos asumidos para que la organización continúe distribuyendo las vacunas.
La agencia de la ONU autorizó el uso de emergencia de la vacuna de Pfizer/BioNTech el 31 de diciembre y el 15 de febrero la de AstraZeneca, producida en India por el Instituto Serum y en Corea del Sur, y que representan la mayor parte de los 337,2 millones de dosis que prevé repartir Covax durante el primer semestre de 2021.
Los países ricos ya compraron alrededor de 75% de las vacunas del mundo. Lo han hecho por encima de las necesidades propias acaparando por demás la cantidad de vacunas que le son necesarias. Canadá es uno de los ejemplos más groseros en ese sentido, adquirió 400 millones de dosis, 10 veces más de las que necesita para vacunar a toda su población.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) había expresado su esperanza en que Estados Unidos y el resto de los países más ricos del mundo que integran el Grupo de los Siete (G7) anunciaran donaciones para Covax, con el objetivo de impulsar la vacunación global contra el coronavirus. Washington anunció a través de un funcionario en la Casa Blanca que aportará 4.000 millones de dólares al mecanismo Covax.
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