La brutal represión de estos días en Jujuy, más los personajes involucrados avalando la violencia institucional sobre manifestantes, nos permite trazar una comparación con aquellas dramáticas postales de veintidós años atrás. No es una exageración.

La situación es realmente grave. Ya no solo por los policías disparando sobre la multitud o persiguiendo y deteniendo manifestantes y hasta ocasionales transeúntes, también lo es por la metodología oscura que despliega el gobernador Gerardo Morales para intentar silenciar la protesta. Se ha denunciado, con videos que se viralizaron mostrando la existencia de grupos de tareas que se movilizan en camionetas sin identificación trasladando supuestos policías. Arremeten en domicilios de militantes sociales provocando allanamientos ilegales, es decir sin orden judicial. Se encargan de llevar detenidos al penal de Alto Comedero. Hay presentación de habeas corpus, menores que siguen detenidos, y personas cuyo paradero no se conoce. Muy grave.

Justificando la actitud del gobernador salieron todos los principales referentes de Juntos por el Cambio. Allí están varios representantes del gabinete que en 2001 integraron el fracasado gobierno de Fernando de la Rúa. Los más destacados son el propio Morales (Secretario de Desarrollo Social) y quienes buscan llegar a la Rosada, Patricia Bullrich (Ministra de Trabajo) y Horacio Rodríguez Larreta (Interventor en el PAMI). “Acá estamos todos juntos”, aseveró el Jefe de Gobierno de la Ciudad dejando en claro que para este sector político lo más importante es la unión de la alianza opositora, mucho más que las irregularidades graves que está cometiendo Morales en el proceso represivo.