La increíble fuga de 17 detenidos de la Comisaría 9-B ubicada en Liniers se está instalando como un escándalo de proporciones que ha dejado en ridículo a las autoridades porteñas. El fiscal general de la Ciudad de Buenos Aires, Juan Bautista Mahiques, abrió un expediente para investigar las características y responsabilidades de este escape que se produjo después que los detenidos abrieran un boquete en una pared por donde escaparon.
El ministro de Seguridad del gobierno porteño, Waldo Wolff, corrió de sus cargos a quienes eran jefe y subjefe de la Policía de la Ciudad los comisarios generales Pablo Kisch y Jorge Azzolina. La Justicia porteña ahora a través de una investigación deberá establecer si hubo negligencia o, lo que es mucho peor, connivencia policial.
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