“El hombre se convierte en ávido y voraz. Parece que el tener, el acumular cosas, es para muchos el sentido de la vida”, expresó el Papa Francisco desde la Basílica San Pedro, en uno de sus párrafos de la homilía navideña lamentando que durante las fiestas “cuando unos pocos banquetean espléndidamente y muchos no tienen pan para vivir”.

En el mensaje previo a la Bendición “Urbi et Orbi” (a la ciudad de Roma y al mundo), el Papa también pidió una Navidad fraterna que ponga fin a los diferentes conflictos que afligen a numerosos pueblos y naciones. Ante una Plaza de San Pedro llena de fieles, peregrinos y turistas, el Pontífice, desde la logia de la Basílica Vaticana, reservada para las grandes ocasiones, citó algunos de los principales conflictos y crisis que se desarrollan en la actualidad en el mundo: el conflicto palestino-israelí, la guerra en Siria, la guerra en Yemen, el hambre en África, las tensiones en la Península coreana, la división social en Venezuela, la guerra en Ucrania y la violencia en Nicaragua