En la semana el senado debate la ley de Bases

El miércoles próximo a partir de las 10:00 se estará debatiendo en sesión del Senado nacional el proyecto de ley de Bases que ya cuenta con media sanción de diputados. Desde temprano se espera una gran movilización que ha sido convocada por la CGT, a la que van adhiriendo distinto tipo de organizaciones y partidos políticos.

El proyecto original, aprobado en diputados, contenía más de 600 artículos. Un megaproyecto que abarca modificaciones a leyes laborales, privatizaciones, facultades delegadas al Presidente, el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) y la reinstauración del impuesto a las Ganancias.

Ese proyecto sufrió en el plenario de Comisiones del Senado muchas modificaciones. Las tuvo con el guiño del oficialismo buscando capturar los 37 votos necesarios para que la cámara alta lo apruebe. A ese texto que logró el consenso suficiente como para ser enviado al pleno, se suma un dictamen por minoría. Este viernes lo presentó el senador de la UCR Martín Lousteau. Allí se plantean enormes recortes al original, como excluir las facultades delegadas o descartar la posibilidad de privatizar los medios públicos, Aerolíneas Argentinas y el Correo.

Nadie descarta que esa nueva propuesta del porteño Lousteau sea funcional a los intereses del gobierno por más recorte que tenga. Una de las estrategias que manejan en Casa Rosada es aceptar esas modificaciones buscando que el Senado finalmente apruebe la ley de Bases con mayoría simple. Si lo hace, el oficialismo tiene un carta brava para jugar cuando el proyecto regrese a diputados para atender esas modificaciones realizadas. Por ser Cámara de origen diputados puede volver a insistir con el modelo original y, en caso de ser aprobado con mayoría simple, el mega proyecto de Bases que inicialmente envió el Poder Ejecutivo quedará establecido como ley.

Claro que no es sencillo que esto último suceda. Volver a reunir esa mayoría simple tendrá un costo altísimo para el gobierno. Para colmo la violencia dialéctica de Milei no para de hostigar a la oposición “dialoguista”. Sin embargo, es necesario evaluar que esta posibilidad existe, y ya fue exitosa una vez.

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