El próximo sábado 24 el calendario electoral cerrará las listas para participar en las primarias previstas para 12 de septiembre (PASO) y las generales del 14 de noviembre.

En el sprint final de la carrera para quedar mejor posicionado hay candidatos que se van derrumbando antes de llegar a la meta. Patricia Bullrich ha sido de las primeras, lo anunció en una carta pública. Su declive está ligado a una postura de su mentor, Mauricio Macri. Antes de embarcarse para un nuevo período de vacaciones en Europa, el ex presidente acordó con Larreta el final de una pulseada que acumulaba críticas provenientes de las usinas comunicacionales más empoderadas en el país. En el contubernio no hubo espacio para la opinión de Bullrich. La ex montonera quedó boyando entre quejas y refunfuños direccionados al ex presidente. Detrás de ella, Elisa Carrió también suscribió su propia baja.

La casa aún no está en orden. Al Pro le queda ahora otra dura tarea. Porotear con el radicalismo que tiene apuntado en la ciudad a Martín Lousteau en el largo plazo, con aspiraciones de ser el sucesor de Larreta en el 2023, y a Facundo Manes en la provincia. Dos recién llegados al centenario partido que cobran caro sus servicios. El ex ministro de Cristina Fernández accedió a una senaduría nacional, y el neurólogo ya tiene asegurado su ingreso a la cámara baja. La falta de figuras potables para la sociedad, más el rotundo fracaso que tuvo su último representante que accedió a la Rosada (De la Rúa), no le dejan a la UCR más que algún espacio para picotear cargos a la sombra de figuras que se van sumando desde distintas áreas.

En la ciudad de Buenos Aires será difícil destronar a Vidal de una candidatura encabezando la lista de Vamos Juntos. Semejante posición dejará a la ex gobernadora bonaerense devenida nuevamente al porteñismo, en la pole position para luchar por ser la reemplazante de su histórico socio político en la jefatura de Gobierno porteño, hundiendo los sueños radicales de colar a Lousteau en ese lugar.

Con Vidal como número uno en la Ciudad, el Pro debilitará su poder de negociación con sus socios radicales bonaerenses que quieren encabezar con Manes. El ex presidente Macri busca que ese lugar lo ocupe su primo Jorge, el intendente de Vicente López, y Larreta empuja a Diego Santilli. Aquí también se juega la proyección hacia el 2023. El bendecido que se ubique en la cima de la lista estará mucho más cerca de proyectarse como candidato a gobernador.

La UCR bonaerense presenta un frente débil, es casi un hecho que negociarán rápidamente ceder el número uno manteniendo para el médico recién llegado un lugar expectante en la lista. A cambio, pedirán candidatos propios en lugares con chances de ingresar al parlamento. Con los seguidores del partido creado por Leandro Alem fuera de competencia la pulseada quedará focalizada entre Jorge Macri y Diego Santilli. Se dirimirá por el peso de las alianzas de cada uno. El intendente, que perdió en los últimos días el acompañamiento de muchos destacados jefes comunales del propio espacio, se recuesta en Monzó y algún intendente más de escaso peso interno. En su entorno afirman que desconfía de su primo, quién aún no tiene fecha cierta de retorno al país. Teme seguir el mismo camino de Patricia Bullrich. La traición política es un sello distintivo en el ala más derechosa del Pro. En cambio, a Santilli se lo ve más sólido para consolidar aspiraciones propias. Cuenta con el acompañamiento de Larreta y Carrió.