El Papa Francisco  ante los fieles que asistieron a la habitual audiencia general en el Vaticano de los días miércoles, saludó a la sobreviviente del Holocausto Lidia Maksymowicz, besando el tatuaje que la mujer lleva sobre su brazo con el número del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.

Lidia Maksymowicz, es una ciudadana polaca deportada a Auschwitz desde su Bielorrusia natal cuando tenía tres años, su brazo fue tatuado por los nazis con un número de identificación. Al verlo Francisco se inclinó y lo besó. Más tarde la mujer comentó que no habló con el papa. “Nos entendimos con la mirada”.