Montando un operativo de seguridad sobredimensionado el gobierno nacional impidió que se realice un recital gratuito en la ex ESMA organizado por la agrupación H.I.J.O.S. capital. Allí estaban cerca de 20.000 adolescentes seguidores de Milo J, un cantante de 18 años que no pudo presentar su disco 166.
Carros de asalto con integrantes de la Policía Federal, Gendarmería y Prefectura se presentaron sorpresivamente antes que comience el recital y dispersaron a los jóvenes. Una cautelar girada desde el juzgado Contencioso Administrativo Federal 5, dándole lugar al pedido del secretario de Derechos Humanos, Alberto Baños, respaldado por el ministro Mariano Cúneo Libarona.
El operativo tuvo otra vergonzosa variante, los funcionarios presentes quitaron una imagen que recordaba el momento en que Néstor Kirchner ordenó en 2004 bajar los cuadros de los genocidas del Colegio Militar.
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