El gobierno, a través del Ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich, compró las primeras 100 pistolas Taser que utilizarán distintas fuerzas de seguridad. Pagó 5.285.000 pesos, a un costo superior a los 36 mil pesos por unidad. Lo hizo tras llamar a una licitación que fue ganada por la empresa Axon, que además de entregar las cuestionadas pistolas, proveerá de 1000 cartuchos operativos y 600 para capacitación.

La Taser es un arma que transmite descarga eléctrica a través de cables que inmovilizan a la persona que lo recibe. Es muy cuestionada su utilización por ser considerarla una herramienta de tortura que puede resultar letal, pese a que sus impulsores señalan lo contrario. Organismos de Derechos Humanos advirtieron que el uso afecta el derecho a la salud e integridad física de sus víctimas y resulta riesgoso para la vida de las personas que sufran su aplicación, en especial sobre quienes han padecido o padecen enfermedades cardíacas o similares.