Por Claudio Leveroni

Si algo quedó aún más claro de lo que ya se mostraba y podía percibir en anteriores elecciones, es que el próximo domingo los argentinos votaremos por dos modelos de país antagónicos. Si bien esto ya sucedió en anteriores convocatorias similares, en esta ocasión hubo condimentos que permitieron transparentar las propuestas de cada sector. La verdadera grieta quedó al desnudo con el correr de los días. El discurso de los principales candidatos se terminó nutriendo con el condimento real que envuelve sus mensajes. No quedó espacio para alimentar sandeces que atentan contra la inteligencia colectiva, como cuando despliegan conceptos señalando que la antinomia es entre ladrones y honestos. De esos, los hay en todos lados. La diferencia se encuentra en la idea que sostiene cada sector como modelo de país.

Posiblemente, la aparición en escena de personajes como Javier Milei, representando un extremo nunca antes visto como propuesta electoral por la derecha vernácula, haya obligado a los candidatos de Juntos por el Cambio a plantear más descarnadamente sus ideas. Temerosos de la fuga de votos propios hacia esa derecha más radicalizada terminaron planteando a boca de jarro sus propuestas.

Larreta lo hizo en su discurso de cierre de campaña en la ciudad que gobierna el Pro desde hace 14 años. Después de hacer subir al escenario a Macri y palmearle la espalda un par de veces, en señal clara de “ahora bajate”, el Jefe de Gobierno lanzó como propuesta la eliminación de la indemnización por despido. El cercenamiento de este derecho ganado por el sector del trabajo, es sostenido como un aporte necesario para que lleguen inversiones.

Un mensaje desactualizado, perdió fuerza hasta dentro de los parámetros de la derecha más racional del mundo. Las empresas buscan rentabilidad en la ampliación de los mercados por encima del cercenamiento de derechos de sus trabajadores. Si se lo das, obvio que lo toman. Pero, esencialmente buscan terreno fértil para expandir su oferta. Ford acaba de cerrar tres plantas en Brasil para concentrar lo que producían ahí en la bonaerense de Pacheco. Lo hace con una inversión de 500 millones de dólares y aceptando las leyes laborales del país, no percibe inseguridad en ellas. Solo un ejemplo, hay más.

La propuesta del retroceso en materia laboral que lanzó Larreta tuvo respuesta inmediata de Alberto Fernández. Recordó que el 25 de Mayo de 2003 Argentina tenía 25 por ciento de desocupación, y el 9 de diciembre de 2015 fue de 6 puntos.

María Eugenia Vida, en el acto de cierre de campaña porteño, continuó con la línea de pensamiento de Larreta. Entre otras cosas propuso anular la ley de alquileres entendiendo que es muy intervencionista. Otro atraso brutal de nuestra desactualizada derecha. En Berlín habrá un plebiscito para saber si el gobierno debe expropiar 240 mil viviendas a los especuladores inmobiliarios. Lo hará para bajar el precio de los alquileres. La mirada bolsonarista del Pro en este rubro los llevó a triturar los espacios públicos de la ciudad de Buenos Aires, entregándole derechos a desarrolladores inmobiliarios que siguen pensando solo en los sectores más acaudalados.