Por Claudio Leveroni

El daño que ocasiona inyectar odio, a través de las arterias comunicacionales, en el cuerpo de una sociedad es inconmensurable.

La información falsa perdura en el tiempo y atraviesa generaciones con individuos que repiten, como explicó sabiamente Arturo Jauretche en su manual de zonceras, consignas degradatorias sin importar su origen y veracidad. Sus receptores, en muchas ocasiones son personas incautas, con pereza intelectual en otras, que abusan de sus características personales aplicando razonamientos de gatillo fácil en la acusación al otro. Están, también, aquellos que consumen medios de probada eficacia en distribuirlas. Posiblemente, lo hagan para ratificar pensamientos que creen propios. Necesitan de esos medios para sostener el argumento en sus debates cotidianos. La comunidad odiadora se retroalimenta con esa información contaminada. Repite sus consignas sin siquiera advertir a que intereses reportan. En este contexto, y solo a modo de uno de los tantos ejemplos que se pueden rescatar de la impiadosa realidad, hace pocos días se dio un planteo bastante clarificador en el programa Animales Sueltos que emite América 2. Bajo el habitual perfil muy opositor del programa (y el Canal también) contra Cristina Fernández, se desarrolló un debate en derredor del fallo de Cámara y la determinación de un posible juicio a la ex presidenta. El periodista Daniel Santoro, queriendo justificar la prisión preventiva, argumentó que una martillera de Mar del Plata declaró que la habían amenazado de muerte para que no declare en la causa de la fotocopia de los cuadernos. “¿Por Cristina Krichner?” (amenazada), preguntó Romina Manguel a sabiendas que no había prueba de eso. Recibió como respuesta de Santoro que la ex presidenta “es la jefa de una organización ilícita”, algo que obviamente no está probado judicialmente desnudando que una única dirección tiene el pensamiento del comunicador de Clarín, la culpabilidad de Cristina Fernández. Manteniendo una mirada crítica sobre CFK, Manguel desarrolló un razonamiento jurídico comprensible y primario. Explicó que no había razones para su detención subrayando, en varias ocasiones, que la ex presidenta no está condenada por lo que rige para ella la presunción de inocencia. Agregó, además, que quienes la acusan (López) cambió cinco veces su declaración o están muertos. Ante la contundencia del planteo de la periodista, terció Fernando Carnota con una de las máximas zonceras de este tiempo. “Pero Romina, se robaron dos PBI”, expresó con indignación y máxima certeza el ex movilero de Radio Mitre. Según una estimación del FMI, publicada a mitad de año, Argentina tiene un Producto Bruto Interno de 627.000 mil millones de dólares, que va cayendo en picada como resultado de la economía que desarrolla la gestión Macri. Dejamos de lado realizar cualquier cálculo multiplicador del PBI como explicación de esta máxima zoncera, para evitar atentar contra la inteligencia del lector.