Cristina Fernández destacó que desde que anunció hace pocos días su candidatura a diputada por la tercera sección electoral en la provincia de Buenos Aires comenzó una particular persecución hacia ella. «Se desataron los demonios, comenzaron a pedir que me metan presa», apuntando esa responsabilidad al poder económico hegemónico al que destacó que se mueve con mucha inteligencia.

Cristina encabezó este sábado un acto en el Anfiteatro Carlos Gomes, de Paso de los Libres (Corrientes), acompañando la candidatura a gobernador del actual intendente de la localidad de Paso de los Libres, Martín «Tincho» Ascúa en las elecciones del próximo 31 de agosto.

«Comenzaron a pedir desde todos lados que me metan presa. Dicen ‘está acabada’. Y si es así, ¿por qué no me dejan competir y entonces me derrotan políticamente? A ver, dale, mirá cómo tiemblo», resaltó la ex presidenta  remarcando que no teme ir presa y enfatizar que en realidad «los que tienen miedo son ellos».

Cristina recordó las conquistas sociales y la obras pública de los 12 años que, junto a Néstor Kirchner, gobernó el país. «La gente llegaba a fin de mes y ahorrar», aseguró mientras recordaba que también hubo muchos años de superávit fiscal y se pagó la deuda con el FMI. Sentenció que fueron «doce años en los cuales 600.000 correntinos y correntinas tuvieron electricidad, y además la podían pagar y les sobraba para comer, cosa que ahora no pasa».