Córdoba: Piden 12 años de prisión para un abusador sexual y laboral

El titular de la Fiscalía Nº2 ante los Tribunales Orales en lo Criminal Federal de Córdoba, Carlos Gonella, solicitó ante el Tribunal Oral Federal N°2 de esa provincia que imponga 12 años de prisión a un hombre acusado de trata de personas agravada por violencia sexual y abuso de situación de vulnerabilidad en perjuicio de dos víctimas, una de ellas menor de edad al momento de los hechos.

El fiscal acusó a Javier Alvarenga por haber captado a una mujer y a su hermana para someterlas a largas y extenuantes jornadas laborales en un campo, haciendo abuso de su estado de vulnerabilidad y mediando engaños y amenazas, y también solicitó que se le imponga el pago de un monto de 6.208.176 pesos en concepto de reparación económica para las víctimas y la obligación de realizar un programa sobre violencia de género. El petitorio se completó con una medida de restricción consistente en la prohibición al imputado de comunicarse por cualquier medio con las víctimas hasta que quede firme la sentencia.

En su alegato, Gonella destacó la asimetría de poder que existía entre las víctimas y los acusados -Celestino Alvarenga, padre de Javier, estuvo imputado y fue separado del proceso por incapacidad sobreviviniente-, que en el caso de Javier Alvarenga incluyó actos de violencia sexual sobre la víctima menor de edad, respecto de lo cual se defendió en su declaración indagatoria indicando que mantenía con ella una relación de pareja.

De acuerdo a la acusación, los Alvarenga captaron, trasladaron, receptaron y dieron acogida a ambas víctimas en una finca rural que ambos arrendaban para explotar un tambo, ubicada 15 kilómetros al norte de la localidad de Ucacha, departamento Juárez Celman. El fiscal explicó que allí ambos acusados consumaron la explotación de la menor de edad, que fue llevada a ese campo por Javier Alvarenga, quien viajó a Formosa a buscarla y la acompañó durante su viaje en un micro de larga distancia el 26 de febrero de 2014, y de su hermana mayor, quien llegó a trabajar al lugar con dinero que le fuera girado por Celestino Alvarenga.

Gonella repasó que en su declaración testimonial ambas víctimas manifestaron haber sido sometidas por los acusados a extenuantes jornadas laborales de 19 horas, que comenzaban cerca de la 1.00 de la madrugada y se extendían hasta las 20.00. Relataron que hacían todo el trabajo de explotación tambera, que incluía la colocación de boyeros y varillas en caminatas de extensas superficies, la alimentación de terneros con una sola mamadera, el acarreo de maíz para alimentar a otros animales, ordeñar las vacas, encerrar al ganado y recoger animales muertos, entre otras.

El fiscal explicó que, en este contexto, las hermanas eran sometidas a constantes malos tratos y realizaban sus actividades sin descanso, casi sin alimentos y viviendo en una casa precaria ubicada en el predio, donde dormían en el piso con escaso abrigo, sin tener la posibilidad de adquirir comida y elementos de higiene personal, ni poder comunicarse libremente con su familia.

Añadió que tampoco podían salir del lugar ya que, según relataron, eran encerradas bajo llave para que el dueño del campo y otras personas que frecuentaban el lugar no pudieran verlas.

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