El hallazgo del ARA San Juan es un logro al que se llegó gracias al reclamo permanente de los familiares de los 44 tripulantes. Haberlo encontrado en la zona que la propia Armada Argentina delimitó, a partir del último contacto que se había tenido con la nave, carga de interrogantes la situación.

¿Cómo es posible que buques de distintos países, entre ellos de Estados Unidos y Rusia, con alta tecnología no pudieron dar con el submarino en la etapa inicial de la búsqueda? La nave se encuentra a una profundidad que marcaba la lógica inicial y en una zona del lecho marino que fue indicada inicialmente como la más probable para sui localización. Por allí navegaron varios de los buques que lo rastreaban. Luisa Rodriguez, madre de uno de los tripulantes dejó su propia sospecha, “siempre nosotros pedimos que se lo buscara en ese lugar. Hubo muchas embarcaciones que estuvieron por ahí y nunca lo detectaron, yo no sé si fue que no quisieron detectarlo, o no sé qué pasó. Nos llamó mucho la atención que el Presidente Macri, cuando estuvo el jueves acá (en mar del Plata) dijo que en dos días tendríamos noticias, ¿por qué dijo eso? Lo dijo porque ya sabía desde hace muchos meses donde estaba el submarino.” En la conferencia de prensa de este sábado el Ministro de Defensa, Oscar Aguad, se encargó de dejar en claro que el gobierno no tiene recursos tecnológicos para reflotarlo. El Capitán Villan mostró solo tres fotos (prometió que llegarían más) del San Juan en el fondo del mar aclarando que no eran demasiado nítidas porque son aguas con mucha turbulencia. Reflotar la nave es posible, solo hacen falta recursos económicos y voluntad política para tomar la determinación. Los familiares sospechan que el gobierno no quiere recuperar al submarino, y se han encargado de señalar que la misma empresa que lo localizó, les aseguró que son capaces de traerlo a la superficie.

En septiembre del año pasado, el Presidente Mauricio Macri envió al Congreso un proyecto de ley proponiendo un conjunto de veintitrés ejercicios militares que permitiría el ingreso de tropas norteamericanas al territorio nacional para llevar adelante un ejercicio combinado denominado “Cormorán”. Fue aprobado por el Senado de la Nación (con disidencias) y rechazado en la Cámara de Diputados por la mayoría.

Uno de estos ejercicios, denominado Gringo Gaucho, involucraba a fuerzas de Estados Unidos y Argentina, previendo la participación de numerosos efectivos del país del norte en el mar argentino, que incluía el paso de un portaaviones de EEUU por nuestra zona económica exclusiva.