Atravesamos una crisis humanitaria

Por Claudio Leveroni

Con el correr del tiempo se va reafirmando que no estamos atravesando una época política que solo confronta ideologías opuestas. Esas que desde siempre fueron simplificadas definiéndolas como de izquierdas y derechas, o la versión nacional resumida en peronismo y antiperonismo.

Flota en el aire la existencia de una disputa más primaria a la hora de debatir como organizar la vida en comunidad. Se cuestiona cuanta empatía hay que tener en quien necesita ser escuchado para resolver sus problemas. Acaso, el estallido del conflicto en el hospital Garrahan exponga un punto alto y muy visible de esas miradas confrontadas.

Hay un sector de la población que acompaña la indiferencia del gobierno. La justifica en la necesidad de reducir el gasto del Estado, a lo que se suma la permanente sospecha que existen empleados públicos que pueden ser prescindibles. Hay un interesado repiqueteo comunicacional permanente sobre estos argumentos que lleva años. No son comunicadores ingenuos los que retroalimentan estas ideas.

Lo que se está percibiendo por estos días es la aceptación de cierto grado de crueldad en el abandono de quienes están en situaciones más delicadas en su vida. Una postal brutal de esta tendencia que fortalece la indiferencia social ante crisis individuales, la relató Marlene Spesso. la madre de Ian Moche un niño con autismo. Ella reveló la respuesta que recibió de Diego Spagnuolo, el titular de la Agencia Nacional De Discapacidad, durante un encuentro en marzo del año pasado: “Si tuviste un hijo con discapacidad es problema de la familia, no del Estado”.

El funcionario expresó semejante respuesta al pedido de ayuda entendiendo que atravesamos tiempos que, en nombre del ahorro de recursos, comienzan a tener aceptación posturas de nula solidaridad. Que lo haya expresado es un síntoma que muestra la existencia de ese sentimiento nada humanista dentro de una franja social. El propio Javier Milei en varios de sus discursos o reportajes habla con desprecio de la justicia social. Se jacta de ello, lo hace siempre con el argumento que representa un gasto que deben afrontan quienes no necesitan de esa categorización para transitar la vida.

La crisis que atravesamos es mucho más profunda que ideológica. Nos retrotrae a épocas mucho más primarias en la evolución del hombre en comunidad.

9 de julio de 2025

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