Por Claudio Leveroni

Los contagios por covid se multiplicaron por cinco en las últimas semanas. En algunas regiones del país más que en otras. Asumir determinaciones para controlarlo, evitando que continúe su expansión sin saber a ciencia cierta si esto sucederá, representa un enorme riesgo sanitario primero y político después.

El presidente Fernández sugirió en una videoconferencia con todos los gobernadores asumir algo que varias provincias (La Pampa y Corrientes) ya han implementado, máxima restricción circulatoria nacional en una franja horaria identificada con situaciones de alto riesgo detectadas. Las fiestas clandestinas son una realidad. La cantidad que se desbaratan diariamente en todo el país asombra. Miles de jóvenes entremezclan sus ganas de sacarle jugo al verano, entre ellos navega el coronavirus que depositarán en otros sitios. No es pecado ser joven, intentar controlar conductas que en pandemia son irresponsables tampoco lo es.

Los gobernadores dieron mayoritariamente la aprobación a la propuesta presidencial. Con el correr de las horas el diablo metió la cola, el 2021 es un año electoral y quienes aspiran crecer desde la oposición al gobierno nacional modificaron su postura. Los de afuera, aquellos que no tienen tarea en ningún poder ejecutivo, presionaron a intendentes y gobernadores propios o aliados. Morales en Jujuy, Schiaretti en Córdoba, Suárez en Mendoza y Gutiérrez en Neuquén corcovearon los anuncios de Fernández. Larreta ya había primeriado esa postura, pese a que en la ciudad donde gobierna la cantidad de infectados diarios saltó de 300 a 1500 en menos de 20 días. Varios intendentes bonaerenses, alineados a Juntos por el Cambio, hicieron los mismo.

Anticipando los anuncios de los gobernadores que fueron oficialistas en los cuatro años de Macri, el interbloque de la alianza opositora en la cámara de diputados dio a conocer un comunicado repudiando la propuesta del primer mandatario. Volvieron a la carga con aquello de atentar contra la libertad. La misiva, cargada de suposiciones y adjetivos, fue firmada por Negri (UCR), Ritondo (Pro) y López (CC). Este último se hundió en la desesperación al definir el cuidado sanitario como un “estado de sitio”, y utilizando un idioma de barra brava sentenció que “el presidente se puso la gorra”.  La titular del Pro, Patricia Bullrich, no podía estar ajena en este concurso de ideas con vuelo gallináceo, de baja altura. Se refirió a Fernández como un monarca. Los adjetivos le ganan a las ideas. Se sabe, requieren menos combustible intelectual, por esos lados escasea.

En medio de estas disparatadas posturas se encuentra el común de la gente y sus tapabocas. El cansancio es indisimulable. Llevamos 10 meses de pandemia y nadie tiene certeza de cuando concluirá. La vacunación se extenderá varios meses, mínimo hasta junio. La leve recuperación económica de los últimos meses no alcanza para frenar la angustia que genera la escasez de ingresos, en especial en quienes son cuentapropistas.

El Indec dio hace pocas horas una pauta de esa recuperación. Notificó que la actividad industrial creció un 4,5% en noviembre respecto al mes anterior. Una buena noticia, aunque puede truncarse ante medidas restrictivas, necesarias en el cuidado sanitario pero severas para el bolsillo general. El organismo que conduce Marco Lavagna dará a conocer la semana que viene (jueves 14) la inflación de diciembre. Dejaron filtrar que puede estar por encima del 3,5%, alta.

Los precios suben. ¿Fue tanto en 30 días?. Un empresario del sector de alimentos, Víctor Fera (dueño de Maxiconsumo) aseguró que monitoreando los 12.000 productos que vende en sus locales registró un aumento de precios durante el mes pasado de 2,5%. Habrá que agendarlo para compararlo cuando, en pocos días, se conozca el desglose inflacionario que habitualmente hace el Indec. Vera señala que durante todo el 2020 esos mismos productos aumentaron el 30,6%. Un dato que le hace sobrar un mes al año pasado ya que el Indec acumula hasta noviembre un 30,9%.