A 20 años de la histórica Cumbre que le puso freno al proyecto ALCA

La cumbre de las Américas realizada los días 4 y 5 de noviembre de 2005 en Mar del Plata, volvió a plantear como tema central la renovada propuesta de dominio comercial de Estados Unidos con la región. El Presidente George Bush (hijo) llegó a nuestras tierras con la idea de concretar un área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

El ALCA intentó instalarse mucho antes del 2005 ya que venía con un cronograma de aplicación establecido en Cumbres anteriores donde se había fijado su fecha de inicio para el 2004. La oposición férrea que impusieron los incipientes gobiernos de Lula en Brasil, Chávez en Venezuela, y Néstor Kirchner en nuestro país, evitó su implementación en el tiempo estipulado en las cumbres precedentes a la de Mar del Plata. Los tres líderes asumieron el compromiso que el ALCA no debía tener posibilidades de sobrevida, había que enterrarlo definitivamente en Mar del Plata.

Una de las estrategias para confrontar la avanzada de Estados Unidos en Mar del Plata, fue realizar una contra cumbre en la misma ciudad con actos donde se le de visibilidad pública a la estrategia que representaba el ALCA como instrumento impulsado para sostener el dominó estadounidense en la región. Fue Chávez el encargado de sostener aquella movida realizando un acto un día antes del inicio de la cumbre oficial.

El presidente de Estados Unidos, George Bush (h), tuvo en Mar del Plata varios representantes de la región que salieron en defensa de los intereses de su país. Las asimetrías que proponía el ALCA eran las mismas reinantes en aquellos años entre los países de la región y Estados Unidos. Lula, que había asumido dos años antes la Presidencia de Brasil, declaraba que el 60% de las exportaciones brasileñas tenían trabas para ingresar a los Estados Unidos. Citaba al acero, el jugo de naranja y el azúcar, productos que pagaban un arancel promedio del 45% de su precio. Esto sucedía mientras los productos de Estados Unidos que entran a Brasil pagaban solo un 15% de arancel.

La conformación de un nuevo mercado continental, bajo el paraguas del Alca, profundizaría esas asimetrías uniendo a 34 países como si fuera uno solo bajo el poderoso influjo comercial de Estados Unidos. Más de 800 millones de habitantes, cuyo consumo cotidiano manejaría Estados Unidos con criterio de mercado interno para negociar con el resto de los mercados mundiales como lo definió el presidente Kirchner a la hora de exponer en la Cumbre.

Kirchner no se quedó solo en marcar la asimetría que representaba el ALCA, también reivindicó políticas regionales propias como las que puede desarrollar el Mercosur. Bush había llegado a Mar del Plata confiado en poder quebrar las resistencias al ALCA. En las tres cumbres anteriores a la del 2005 se habían concretado acuerdos sin mayores críticas por parte de los gobiernos más dóciles de Brasil, Venezuela y Argentina. Además, no había antecedentes de divergencias a la hora de acordar principios establecidos en el documento final de cada e encuentro.

En Mar del Plata la trilogía Chavez, Lula y Kirchner resultó determinante para modificar el cómodo escenario que era habitual para los intereses estadounidenses. Brasil, venía dando señales exigiendo que ningún nuevo tratado podía comenzar a funcionar si Estados Unidos mantenía los subsidios agrícolas y las barreras arancelarias.

Argentina padecía un cuadro similar al de Brasil. La red de protección para productores ganaderos y agricultores norteamericanos, establecida en subsidios por 180 mil millones de dólares para un período de 10 años, representaba para los productores argentinos una pérdida de 1.400 millones de dólares. Esto sucede porque el productor de granos norteamericano ofrece sus cosechas en el mercado internacional a un precio muy bajo, ya que el estado le garantiza sus ganancias. Los subsidios de EEUU permiten producir sin riesgos.

El resultado final de la Cumbre de Mar del Plata mostró la manifiesta rebeldía de un grupo de países nucleados en el Mercosur que se opusieron a firmar un documento en favor de la implementación del ALCA. Bush, que no habla castellano, debió soportar el discurso de Hugo Chávez en la jornada final. Como síntoma de desprecio por el presidente de Venezuela prefirió no atender su mensaje. Se mantuvo recostado en su butaca sin colocarse los audífonos para seguir la traducción.

El presidente de Panamá fue el que propuso un documento final acompañando los intereses de Estados Unidos aprobando la creación del ALCA. Kirchner y Chávez lograron sumar a su par uruguayo, Tabaré Vázquez, para que sea quien presente un documento de rechazo al Acuerdo de Libre Comercio. El mismo rubricado por las naciones del Mercosur más Venezuela, aunque vale aclarar que el presidente de Paraguay Nicanor Duarte Frutos prefirió dejar a su canciller en la discusión final quien concluyó pidiendo, con temeroso discurso, que haya una única posición si detallar a cuál se refería.

En la ronda final y cuando se fortalecía la postura de las cinco naciones que no acompañaban el ALCA, el Presidente de México, Vicente Fox, y el Primer Ministro de Canadá, Paul Martin, arengaron con perfil amedrentador a los presidentes del Mercosur. Kirchner no se llamó a silencio señalando: “Patotear con una simple mayoría, ideas que tienen tanto que ver con la vida de nuestros pueblos, ayuda muy poco a la convivencia de los pueblos”.

Bush regresó a Estados Unidos con las manos vacías. Por primera vez la Cumbre de las Américas tuvo dos documentos finales. 29 naciones firmaron uno acompañando los intereses de Estados Unidos en región. Otras cinco: Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela rechazaron la propuesta del ALCA, aniquilando la posibilidad de su aplicación a partir de 2006 como estaba previsto.

La cumbre Mar del Plata fue una demostración de lo que son capaces de diseñar y poner en acción las naciones del Mercosur si funcionan unidas en un mismo proyecto de crecimiento mancomunado. Un proyecto que defienda los intereses y la soberanía de las naciones involucradas en el sur de esta región del continente. Un compromiso que no oculte mezquindades, ni miserias de esas que empañan la nobleza de la acción política. Quizás la Cumbre en Los Ángeles de la semana próxima pueda mostrar indicios similares a aquella del 2005. Un grupo de naciones que le pone límites a la discrecionalidad del poderoso del continente.

12 de noviembre de 2025

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